El final del caos llega, seguramente luego vendrá otro pero ya no será el mismo y además el anterior te ha enseñado tanto que seguramente lo afrontes de una manera muy diferente, tal vez mejor o no, pero después de la tormenta nunca serás la misma persona. Todo te suma aunque durante un tiempo te haya restado, pero te suma porque al fin y al cabo has sido capaz de ponerle solución, de relativizar, de curar las heridas y dejar que tus alas vuelvan a estar preparadas para volar.
En el caos y desconcierto piensas y además te atreves a asegurar que nunca jamás nadie te hará volver a ver a alguien con brillo en los ojos, con una sonrisa de niña, que nunca nunca volverás a ponerte nerviosa cuando le ves, y que pasarías horas mirándole tan solamente siendo él. Que tus ojos nunca pasearían con deseo de su boca a sus ojos, como en un partido de tenis y así todo el rato que puedas. Que solo piensas en abrazarle y quedarte entre sus brazos protegida y sintiendo. Sin pensar, sin pensar que un día te fallaron pero que gracias a eso vuelves a sentir, que puedes empezar de nuevo y eso significa que tienes un mundo de posibilidades.
Nadie dijo que las cosas fueran fáciles y menos empezar de nuevo, pero puede ser maravilloso.
Es maravilloso volver a pensar en ti, centrarse en uno mismo y ordenar tu caos. Volver a retomar esas cosas que tan feliz te hacían y que son las que le dan sal a la vida y un poquito de azúcar. Que en el momento oportuno aparecen nuevas personas a tu vida y otras simplemente reaparecen y hacen que todo vuelva a tener sentido.
Muchas personas hablan del desamor y del amor, yo también, pero pocas del fin del desamor y el principio de una nueva vida, porque sin duda es un antes y un después. En el principio del desamor no ves el final, lo ves todo tan negro que piensas que no hay un final, que no volverás a sonreír ni a vivir como lo hacías antes, a sentir, pero si y parecerá sencillo pero es que realmente lo es, solo es tiempo. Más o menos, pero tiempo.
Ese tiempo que todos necesitamos para volver a ser nosotros, porque solo si tú estás bien podrás estarlo con los demás. Tiempo descargando la mochila y soltándose de las cuerdas que te unen a lo pasado, solo así podrás seguir viajando ligero de equipaje, para poder seguir llenar tu mochila de nuevas experiencias. Tiempo para hacer todo aquello que sueñas y todavía no lo has hecho, para hacer el viaje de tu vida, para estar con la familia y amigos, para llorar, para expresarte, para volver a disfrutar de tus hobbies, para todo aquello que inconscientemente dejamos de hacer por amor y por equivocación, porque el amor no es incompatible con nuestros sueños, ni con nuestros hobbies ni con nuestra familia y amigos. Es complementario a nosotros y a todo aquello que nos rodea y nos hacen ser como somos.
Noelia
P.D.: Gracias a todas esas personas que me han dado luz en mi oscuridad saltando mi muro de Berlín, mi valla de Marruecos .